miércoles, 17 de julio de 2013

22/11/63

Primera entrada en muchísimo – demasiado – tiempo. Acabo de terminar el curso y por fin tengo tiempo para leer todo lo que quiero. El primer libro que ha ocupado mis manos este verano ha sido nada menos que esta aventura en el tiempo, en la prosa fantasiosa y tremendamente atractiva de Stephen King. Llevaba mucho tiempo queriendo leerlo, y finalmente no he podido resistirme.


SinopsisJake Epping es un profesor de inglés que se gana un sueldo extra impartiendo clases nocturnas a adultos con problemas de lectura. Entre ellos se encuentra Harry Dunning, que un día pone por escrito cómo, hace cincuenta años, su padre borracho mató con un martillo a su esposa y a dos de sus tres hijos. Tras leer esa redacción algo se transforma dentro de Jake; su vida cambia por completo en tan solo un instante.Poco después, su viejo amigo Al, propietario de un diner, le revela un secreto increíble: en el almacén de su restaurante existe una puerta que lleva a quien la cruza a 1958. Él lleva usándola desde hace tiempo con un objetivo que lo obsesiona: impedir el asesinato de Kennedy. Ahora le pide a Jake que lo ayude en su misión.


Siendo el primer libro que he acabado en lo que llevo de año – sí, es harto extraño en mí, pero es lo que hacen las clases – me ha llevado un mes o cosa así terminarlo. Sin embargo, se me ha hecho una novela tremendamente placentera, con una trama sólida y, pese a lo larga que es, con la capacidad de mantener en vilo al lector. Si bien tiene un par de altibajos, estos se superan rápidamente y se vuelve a leer de forma fluida. Es una prosa fácil, fresca, interesante: la trama va dando giros inesperados hasta llegar a un inesperado final.

Esa es precisamente una de las pegas que le veo a este libro: el final. Para mí, el libro acaba mucho antes de la última palabra escrita por Stephen King. En las últimas cincuenta páginas la trama toma un tono algo absurdo: un final desmerecedor para un libro tan bueno como éste.

Muy probablemente lo mejor de este libro es cómo dibuja Stephen King la sociedad americana de los sesenta con tanta sencillez, hablando de los Studebaker o del cigarrillo omnipresente como si él mismo lo hubiera vivido. Impresiona, si cabe decir, el trabajo de campo anterior a la escritura de la novela: todos los detalles sobre el asesinato de Kennedy y la vida de Oswald son fascinantes.

En definitiva, un libro tremendamente recomendable, sobretodo para leer en estas vacaciones y para los amantes de las novelas largas.

Mi nota: 7/10.

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